lunes, 22 de septiembre de 2008

La recompensa del cristiano en la tierra: ser obrero del Señor, explica el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 21 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Para el cristiano ser obrero en la viña del Señor es ya una recompensa en esta tierra, considera Benedicto XVI.
Al rezar este domingo a mediodía el Ángelus, comentó el pasaje evangélico de la liturgia del domingo, en el que Cristo narra la parábola del dueño de la viña que llama a obreros a diferentes horas del día, ofreciendo a todos el mismo salario independientemente de las horas de trabajo.
Al dirigirse a los miles de peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo, recordó las primeras palabras que pronunció como obispo de Roma el 19 de abril de 2005: "Después del gran Papa Juan Pablo II, los cardenales me han elegido, a mí, un sencillo y humilde obrero de la viña del Señor".
Explicando las conclusiones que los cristianos pueden sacar de este Evangelio, Benedicto XVI explicó que Dios "no tolera, por así decir, el desempleo: quiere que todos trabajen en su viña".
"Y, en realidad, el ser llamados es ya la primera recompensa: poder trabajar en la viña del Señor, ponerse a su servicio, colaborar en su obra, constituye en sí un premio inestimable, que recompensa de todo cansancio".
Esto, añadió, "lo comprende sólo quien ama al Señor y a su Reino; quien, por el contrario, sólo trabaja por el salario nunca se dará cuenta del valor de este tesoro inestimable".
La lógica de Dios, dijo, "es diferente a la del mundo". Y citando la primera lectura de la liturgia dominical tomada del profeta Isaías, añadió: "No son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos".
El Papa puso como ejemplo a san Pablo, de quien la Iglesia está celebrando los dos mil años de su nacimiento, quien llegó a escribir "Para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia". Y añadía: "Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger".
"Pablo comprendió bien que trabajar por el Señor es ya una recompensa en esta tierra", aseguró.
El sucesor de Pedro concluyó deseando que los cristianos respondan "siempre y con alegría a la llamada del Señor" para que encuentren la felicidad trabajando sin descanso por el Reino de los cielos.

viernes, 19 de septiembre de 2008

María anima a seguir adelante con confianza, dice el Papa al recordar viaje a Francia

VATICANO, 17 Sep. 08 (ACI).-El Papa Benedicto XVI dedicó la Audiencia General de este miércoles a su viaje apostólico a Francia por los 150 años de las apariciones marianas de Lourdes. En su discurso destacó que la sonrisa de la Virgen María "nos invita a seguir hacia delante con gran confianza porque Dios es bueno, Dios es amor".En el Aula Pablo VI y ante miles de peregrinos, el Pontífice explicó que en Francia, "la Iglesia, ya desde el siglo II, desarrolló un papel civilizador fundamental, y en ese contexto maduró la exigencia de una sana distinción entre la esfera política y la religiosa". "Auténtica laicidad no significa prescindir de la dimensión espiritual, sino reconocer que precisamente ésta es garante de nuestra libertad y de la autonomía de las realidades terrenas, gracias a los juicios de la Sabiduría creadora que la conciencia humana sabe acoger y poner en práctica", precisó.Al hablar luego de su discurso al mundo de la cultura, Benedicto XVI indicó que el punto de partida del mismo fue "una reflexión sobre el monaquismo, cuyo objetivo era la búsqueda de Dios, quaerere Deum", que "llevaba a los monjes, por su propia naturaleza, a una cultura de la palabra". "Para la búsqueda de Dios, que se nos reveló en las Sagradas Escrituras, eran muy importantes las ciencias profanas, cuyo fin era profundizar en los secretos de las lenguas. Como consecuencia, en los monasterios se desarrolla aquella 'eruditio' que consentiría la formación de la cultura. Precisamente por eso, quaerere Deum –buscar a Dios, estar en camino hacia Dios– sigue siendo hoy, como ayer, la vía maestra y el fundamento de toda verdadera cultura", continuó.A los sacerdotes, diáconos, religiosos, y seminaristas, recordó, "les exhorté a dar prioridad a la escucha de la palabra divina" y a los jóvenes "les confié dos tesoros de la fe cristiana: el Espíritu Santo y la Cruz. El Espíritu abre la inteligencia humana a horizontes que la superan y le hace comprender la belleza y la verdad del amor de Dios revelado en la Cruz.".El Papa afirmó que durante la Misa en la Explanada de los Inválidos invitó a los fieles a "buscar al Dios vivo, que nos ha mostrado su verdadero rostro en Jesús presente en la Eucaristía, impulsándonos a amar a nuestros hermanos como Él nos ha amado".Tras afirmar que "Lourdes es verdaderamente un lugar de luz, de oración, de esperanza y de conversión, donde los peregrinos aprenden a considerar las cruces de la propia vida a la luz de la Cruz gloriosa de Cristo", el Santo Padre puso de relieve que "el primer gesto que hizo María cuando se apareció a Bernadette en la gruta de Massabielle fue el signo de la Cruz, y en este gesto de la Virgen se encuentra todo el mensaje de Lourdes".Durante la celebración de la Santa Misa dedicada especialmente a los enfermos, que tuvo lugar delante de la basílica de Nuestra Señora del Rosario, en la memoria litúrgica de la Virgen de los Dolores, el Papa dijo que meditó "sobre las lágrimas de María derramadas bajo la Cruz, y sobre su sonrisa, que ilumina la mañana de Pascua".Tras exhortar a los fieles a dar gracias a Dios por los frutos de este viaje, Benedicto XVI señaló que "en Lourdes, la Santísima Virgen invita a todos a considerar la tierra como lugar de nuestra peregrinación hacia la patria definitiva, que es el cielo. En realidad todos somos peregrinos y tenemos necesidad de la Madre que nos guíe; y en Lourdes su sonrisa nos invita a seguir hacia delante con gran confianza porque Dios es bueno, Dios es amor".

El Papa presenta a los jóvenes la amistad con Jesús como fuente de alegría

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 17 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI presentó a los jóvenes la amistad con Jesús como fuente de alegría al final de la audiencia general de este miércoles.
Al final del encuentro, celebrado en el Aula Pablo VI, el pontífice dirigió un saludo particular a los chicos y chicas presentes, a los enfermos y a los recién casados.
"Queridos jóvenes --les dijo--, que la amistad con Jesús sea para vosotros fuente de alegría y motivo de inspiración en cada opción comprometedora".
Después se dirigió a los enfermos, algunos de ellos presentes en sillas de ruedas, para alentarles a sacar "de la oración consuelo y serenidad para los momentos de sufrimiento y prueba".
Por último, dirigió unas palabras a los recién casados, algunos con sus trajes de bodas, para desear que "el constante contacto con el Señor les sirva de estímulo para corresponder a vuestra vocación familiar".

martes, 16 de septiembre de 2008

El Papa pide defender matrimonio y familia ante "verdaderas borrascas"

LOURDES, 15 Sep. 08 (ACI).-En el discurso que dirigió a los obispos franceses durante su visita a Lourdes, el Papa Benedicto XVI reiteró que la Iglesia debe defender el matrimonio y la familia ante "verdaderas borrascas" y leyes que relativizan su naturaleza. El Santo Padre se refirió a "la situación de la familia" y recordó que "el matrimonio y la familia se enfrentan ahora a verdaderas borrascas. Desde hace algunas décadas, las leyes han relativizado en diferentes países su naturaleza de célula primordial de la sociedad. A menudo, las leyes buscan acomodarse más a las costumbres y a las reivindicaciones de personas o de grupos particulares que a promover el bien común de la sociedad"."La unión estable entre un hombre y una mujer, ordenada a construir una felicidad terrenal, con el nacimiento de los hijos dados por Dios, ya no es, en la mente de algunos, el modelo al que se refiere el compromiso conyugal", indicó. Sin embargo, precisó, "la experiencia enseña que la familia es el pedestal sobre el que descansa toda la sociedad. Además, el cristiano sabe que la familia es también la célula viva de la Iglesia. Cuanto más impregnada esté la familia del espíritu y de los valores del Evangelio, tanto más la Iglesia misma se enriquecerá y responderá mejor a su vocación".El Santo Padre también abordó la "cuestión particularmente dolorosa: la de los divorciados y vueltos a casar" y subrayó que " la Iglesia , que no puede oponerse a la voluntad de Cristo, mantiene con firmeza el principio de la indisolubilidad del matrimonio, rodeando siempre del mayor afecto a quienes, por los más variados motivos, no llegan a respetarla. No se pueden aceptar, pues, las iniciativas que tienden a bendecir las uniones ilegítimas".

La búsqueda de Dios, fundamento de toda cultura

PARÍS, sábado, 13 septiembre 2008 (ZENIT.org).- La búsqueda de Dios es el fundamento de toda cultura, afirmó Benedicto XVI en su esperado discurso al mundo de la cultura francés y europeo.
El pontífice inauguró el viernes en la tarde el restaurado Colegio de los Bernardinos, nuevo espacio de encuentro entre fe y cultura en la capital parisina, con una intervención en la que mostró cómo el cristianismo, y más en concreto el monaquismo, ha forjado los fundamentos de la cultura europea.
Como el mismo Papa afirmó al concluir su disertación, la situación actual, es bastante análoga a la del Imperio Romano en el que evangelizó san Pablo, el apóstol de las gentes.
"Nuestras ciudades ya no están llenas de altares e imágenes de múltiples divinidades. Para muchos, Dios se ha convertido realmente en el gran Desconocido", reconoció el pontífice en un discurso que había preparado con esmero originalmente en alemán.
"Pero como entonces tras las numerosas imágenes de los dioses estaba escondida y presente la pregunta acerca del Dios desconocido, también hoy la actual ausencia de Dios está tácitamente inquieta por la pregunta sobre Él", afirmó.
"Buscar a Dios y dejarse encontrar por Él: esto hoy no es menos necesario que en tiempos pasados", constató ante un auditorio de unos setecientos exponentes del pensamiento, la ciencia y las artes de este país, así como representantes de la UNESCO y de la Unión Europea.
Según el Papa, "una cultura meramente positivista que circunscribiera al campo subjetivo como no científica la pregunta sobre Dios, sería la capitulación de la razón, la renuncia a sus posibilidades más elevadas y consiguientemente una ruina del humanismo, cuyas consecuencias no podrían ser más graves".
"Lo que es la base de la cultura de Europa, la búsqueda de Dios y la disponibilidad para escucharle, sigue siendo aún hoy el fundamento de toda verdadera cultura", concluyó.
Giovanni Maria Vian, director de "L'Osservatore Romano", explica que Benedicto XVI, al presentar esta alianza entre razón y fe, particularmente en la comprensión de las Sagradas Escrituras, supera las "interpretaciones de carácter fundamentalista", así como "los subjetivismos arbitrarios".
Por su parte, el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, considera que "la contribución nueva de este gran discurso está en el análisis del papel de la búsqueda de Dios en la formación de la gran cultura unificadora de nuestro continente en los siglos de la Edad Media".
Puede leerse el discurso de Benedicto XVI al mundo de la cultura en http://www.zenit.org/article-28410?l=spanish

El motu proprio sobre el rito extraordinario en latín busca la unidad

LOURDES, domingo, 14 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aclaró este domingo en su discurso a los obispos de Francia que la finalidad de la publicacioń del motu proprio Summorum Pontificum es asegurar la unidad en la Iglesia, pues en ella "nadie está de más".
El pontífice afrontó el argumento, en el día en que se celebraba exactamente un año de la aplicación de ese documento, con motivo de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en sus palabras a los prelados reunidos en el hemiciclo de "Santa Bernardette", en Lourdes.
El Santo Padre recordó que ese documento busca precisar "la posibilidad de utilizar tanto el misal del Beato Juan XXIII (1962) como el del Papa Pablo VI (1970)".
"Ya se han dejado ver los frutos de estas nuevas disposiciones, y espero el necesario apaciguamiento de los espíritus que, gracias a Dios, se está produciendo", consideró.
Al mismo tiempo, reconoció, "tengo en cuenta las dificultades que encontráis, pero no me cabe la menor duda de que podéis llegar, en un tiempo razonable, a soluciones satisfactorias para todos, para que la túnica inconsútil de Cristo no se desgarre todavía más".
Explicando el espíritu que le movió a la redacción del texto, el Santo Padre aclaró: "Nadie está de más en la Iglesia. Todos, sin excepción, han de poder sentirse en ella 'como en su casa', y nunca rechazados".
"Dios, que ama a todos los hombres y no quiere que ninguno se pierda, nos confía esta misión haciéndonos Pastores de su grey. Sólo nos queda darle gracias por el honor y la confianza que Él nos otorga. Por tanto, esforcémonos por ser siempre servidores de la unidad", concluyó.

lunes, 8 de septiembre de 2008

El Papa alienta a los jóvenes a descubrir a Dios para encontrar verdadera libertad

VATICANO, 08 Sep. 08 (ACI).-El Papa Benedicto XVI recordó a los jóvenes que al descubrir "a Dios como sentido y fundamento de toda criatura", ya no tendrán "miedo de perder vuestra libertad, porque la viviréis en plenitud, entregándola por amor".En el encuentro que sostuvo con los jóvenes de la isla de Cerdeña, durante su visita pastoral a la localidad italiana de Cagliari, el Pontífice les ofreció un programa de vida basado en el valor de la familia, la formación moral e intelectual, y la fe, como respuesta al consumismo e individualismo que caracterizan al mundo actual.Tras reconocer que los jóvenes son el "futuro lleno de esperanza de esta región", el Pontífice reconoció que deben enfrentar dificultades y problemas como "la plaga del desempleo y de la precariedad del trabajo que ponen en peligro vuestros proyectos, la emigración y el éxodo de las fuerzas mas frescas y decididas, con la consecuente pérdida de raíces que a veces lleva aparejados daños psicológicos y morales antes que sociales"."Y ¿qué decir del hecho de que en la sociedad actual de consumo las ganancias y el éxito se hayan convertido en nuevos ídolos ante los que se postran tantos? Así las personas se sienten llevadas a dar valor sólo a los que, como se dice, 'han hecho fortuna' o son 'famosos', y no a los que deben combatir con la vida fatigosamente día a día", indicó.Según el Papa, "se corre el peligro de ser superficiales, de seguir atajos peligrosos en pos del éxito, buscando en la vida experiencias que suscitan satisfacciones inmediatas, pero de por sí son precarias y engañosas. Crece la tendencia al individualismo y cuando uno se concentra sólo sobre sí mismo, se vuelve frágil forzosamente; falta la paciencia para escuchar, fase indispensable para entender al otro y trabajar juntos".Benedicto XVI recordó los valores reafirmados por Juan Pablo II durante su visita a Cerdeña hace 23 años.Primero citó "el valor de la familia que hay que custodiar como una herencia antigua y sacra". En el pasado la sociedad tradicional ayudaba más a formar y custodiar una familia. Hoy se admiten otras formas de convivencia y a veces se usa el término familia para uniones que en realidad no son familia"."Reapropiaros queridos jóvenes del valor de la familia, amadla no solamente por tradición sino por una decisión madura y consciente" y recordó que el Concilio Vaticano II llama a la familia "pequeña Iglesia, porque el matrimonio es un sacramento, es decir, un signo santo y eficaz del amor que Dios nos da en Cristo a través de la Iglesia", indicó.El segundo valor es "la formación intelectual y moral". Recordó que "la crisis de una sociedad comienza cuando no sabe transmitir su patrimonio cultural y sus valores fundamentales a las nuevas generaciones. No me refiero solo al sistema escolástico. La cuestión es más amplia. Jesús dijo: 'La Verdad os hará libres'. El nihilismo moderno predica en cambio lo opuesto, que es la libertad la que os hará verdaderos. Incluso algunos sostienen que no existe ninguna verdad, abriendo así el camino al vaciado de los conceptos de bien y mal, llegando a hacerlos intercambiables". "La fe sincera y profunda" es el tercer valor. "Cuando se pierde el sentido de la presencia y de la realidad de Dios todo se achata y se reduce a una dimensión única, todo se queda en lo material. Desaparece el misterio de todo lo que existe: las cosas y las personas interesan en la medida en que satisfacen nuestros intereses y no por sí mismas", explicó. El Pontífice advirtió que esto constituye un dato cultural que se respira desde que se nace y que produce efectos interiores permanentes. La fe, en este sentido, antes de ser una creencia religiosa, es una forma de ver la realidad, un modo de pensar, una sensibilidad interior que enriquece nuestro ser humano como tal. Estando con Jesús, frecuentándolo como un amigo en el Evangelio y en los Sacramentos, aprendéis de forma nueva lo que la sociedad a menudo no os puede dar: el sentido religioso". Ante estos retos, el Papa pidió a los jóvenes descubrir a Dios y así "no tendréis entonces miedo de perder vuestra libertad, porque la viviréis en plenitud, entregándola por amor. No estaréis apegados a los bienes materiales porque sentiréis la alegría de compartirlos. No estaréis tristes de la tristeza del mundo, sino que sentiréis dolor por el mal y alegría por el bien, sobre todo por la misericordia y el perdón. Si descubrís realmente a Dios en el rostro de Cristo ya no pensaréis en la Iglesia como en una institución externa a vosotros, sino como a vuestra familia espiritual".Al finalizar el encuentro con los jóvenes, Benedicto XVI se trasladó al aeropuerto de Cagliari, donde a las 19:30 horas emprendió el regreso a Roma y desde allí se desplazó a la residencia de Castelgandolfo.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Dones de María también son para nosotros, explica el Papa

VATICANO, 07 Sep. 08 (ACI).-Tras haber celebrado la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria, el Papa Benedicto XVI rezó el Ángelus dominical con todos los presentes, y en sus palabras introductorias recordó que todo don recibido por la Madre María por parte de Dios, es un don que nos es dado también a cada uno de nosotros."Siguiendo los pasos de los Papas que me han precedido, también yo he escogido el Santuario de Bonaria para realizar una visita pastoral que quiere abrazar en modo ideal a la totalidad de la Cerdeña", dijo el Papa tras haber realizado un recorrido histórico recordando aquellos momentos en que sus predecesores se encontraron también en Cerdeña.El Pontífice pidió también que "el patrimonio de los valores evangélicos sea transmitido íntegramente a las nuevas generaciones" y que "Cristo reine en las familias, en las comunidades y en los varios ámbitos de la sociedad".Más adelante hizo un pedido a la Virgen María para que esta "proteja a cuantos más necesitan de su maternal intercesión: a los niños y jóvenes, a los ancianos y a las familias, a los enfermos y a todos aquellos que pasan por momentos de sufrimiento"."Conscientes del importante rol que María tiene en la existencia de cada uno de nosotros, hoy cuales hijos devotos festejamos su nacimiento. Este evento –continúo– constituye una etapa fundamental para la Familia de Nazaret, cuna de nuestra redención; un evento que tiene que ver con todos nosotros, porque todo don que Dios le concedió a la Madre, lo concedió pensando también en nosotros, sus hijos".Asimismo el Papa elevó una oración a la Virgen por todas las madres terrenas: "aquellas que, junto al marido, educan a los hijos en un contexto familiar armonioso, y aquellas que, por tantos motivos, se encuentran solas afrontando tan ardua tarea. Que todas puedan realizar con dedicación y fidelidad su cotidiano servicio en la familia, en la Iglesia y en la sociedad".Tras el rezo del Ángelus el Papa impartió su Bendición Apostólica.

Que María aliente evangelización a familias, exhorta el Papa

VATICANO, 07 Sep. 08 (ACI).-Esta mañana el Papa Benedicto XVI viajó a Cagliari, capital de Cerdeña, Italia, donde celebró la Santa Eucaristía ante miles de fieles que se dieron cita en la Basílica y Santuario de Nuestra Señora de Bonaria. En su homilía recordó la importancia de la Virgen María y su ser totalmente adherido a Cristo. Alentó asimismo a que urgente trabajo evangelizador cotidiano se vea iluminado por su ejemplo."El espectáculo más hermoso que un pueblo puede ofrecer es sin lugar a duda el de la propia fe", fueron las palabras con las que el Papa inició su homilía. "Junto al estupendo paisaje de la naturaleza que nos rodea, vosotros me ofrecéis aquella ferviente devoción que nutrís por la Virgen Santísima. ¡Gracias por este hermoso testimonio!"El Santo Padre hizo notar que "el ser de María se relaciona totalmente al de Cristo, en particular en su encarnación… la belleza del designio de Dios se manifiesta en como respetando lo humano lo fecunda desde su interior, haciendo brotar de la humilde Virgen de Nazaret el fruto más bello de su obra creadora y redentora".Asimismo se detuvo en la figura de San José, "su drama interior, su fe robusta y ejemplar rectitud. Detrás de sus pensamientos y sus deliberaciones está presente el amor por Dios y la decidida voluntad de obedecerlo. ¿Cómo no darnos cuenta que la turbación y por lo tanto la oración y la decisión de José se mueven por la estima y por el amor hacia su esposa prometida?" "La belleza de Dios y la belleza de María son inseparables para el corazón de José; sabe que entre ellas no hay contradicción; busca en Dios la respuesta y la encuentra en la luz de la Palabra y del Espíritu Santo", precisó.Seguidamente el Papa dirigió unas palabras a los sardos, recordando que "el cristianismo no llegó con las espadas de los conquistadores o por imposición extranjera sino que brotó gracias a la sangre de los mártires que donaron su vida como acto de amor hacia Dios y hacia los hombres. Cerdeña nunca fue tierra de herejías; su pueblo siempre manifestó filial fidelidad a Cristo y a la Sede de Pedro. Así es queridos amigos, no obstante todas las invasiones y dominaciones, la fe en Cristo permaneció en el alma de vuestras poblaciones como elemento constitutivo de vuestra misma identidad sarda"."Vuestra Isla queridos amigos de Cerdeña –prosiguió Benedicto XVI– no podía tener otra protectora sino la Virgen Maria. Ella es la Mamá, la Hija y la Esposa por excelencia. La Mamá que ama, protege, aconseja, consuela, da la vida para que esta nazca y perdure. La Hija que honora a su familia, siempre atenta a las necesidades de los hermanos y hermanas, solícita en hacer de su casa un lugar hermoso y acogedor. La Esposa capaz de amor fiel y paciente, de sacrificio y de esperanza"."Que María os ayude a llevar a Cristo a las familias, pequeñas iglesias domésticas y células de la sociedad, hoy más que nunca necesitadas de confianza y apoyo tanto en el plano espiritual y el social. Os ayude a encontrar las oportunas estrategias pastorales para hacer que Cristo sea encontrado por los jóvenes, portadores por su naturaleza de una nueva fuerza, y sin embargo frecuentemente víctimas del nihilismo tan difundido, sedientos de verdad y de ideales. Os haga capaces de evangelizar el mundo del trabajo, de la economía, de la política, que necesita de una nueva generación de laicos cristianos comprometidos, capaces de buscar con competencia y rigor moral soluciones de desarrollo sostenible".El Papa concluyó su homilía recordando que "María es puerto, refugio y protección para el pueblo sardo que tienen en sí la fuerza del roble. Pasan las tormentas y el roble resiste; asedian los incendios y esta brota nuevamente; sobrevive a la sequedad y vence una vez más".

jueves, 4 de septiembre de 2008

Conversión es encuentro con Cristo que no se explica con psicología, dice el Papa

VATICANO, 03 Sep. 08 (ACI).-El Papa Benedicto XVI señaló en la Audiencia General de hoy que el Cristianismo no es una nueva filosofía ni una nueva moral; y que la conversión del cristiano solo puede explicarse en el encuentro de la persona concreta con Jesucristo; y no a través de categorías psicológicas.En el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre dedicó la audiencia de hoy a la conversión del Apóstol de Gentes y explicó que el Cristianismo "no es una nueva filosofía, una nueva moral; solo somos cristianos si encontramos a Cristo" como lo hizo San Pablo.El Pontífice comentó luego que al referirse al hecho que marcó su vida camino a Damasco, "San Pablo no designó sin embargo este evento como una conversión. ¿Por qué? Existen muchas hipótesis, pero creo que el motivo es muy claro: esta transformación de su vida no fue fruto de un proceso psicológico, de una maduración o una evolución intelectual y moral sino fruto del encuentro con Cristo Jesús"."Esta renovación de Pablo no se puede explicar de otro modo; los análisis psicológicos no pueden aclarar y resolver el problema; solo el evento, el encuentro fuerte con Cristo, es la clave para entender qué sucedió", precisó el Papa.Para entender lo que sucedió con el Apóstol mientras se dirigía a Damasco, "tenemos dos tipos de fuentes", explicó Benedicto XVI. "La primera y más popular son los tres relatos de San Lucas en los Hechos de los Apóstoles, en los que narra lo acaecido". Sin embargo, precisó, los detalles a los que hace referencia el evangelista: la luz del cielo, la caída a tierra, la ceguera, "se refieren al centro del acontecimiento: Cristo Resucitado aparece como una luz espléndida que habla a Saulo, transforma su pensamiento, su misma vida". "El centro de la narración de San Lucas es este encuentro con Cristo que cambió profundamente la vida de San Pablo y en este sentido se puede y se debe hablar realmente de una conversión".Benedicto XVI afirmó que "el segundo tipo de fuente son las mismas cartas de San Pablo", que "nunca habló sobre los detalles de este evento, porque quizá pensaba que todos conocían su historia esencial, todos sabían que se había transformado de perseguidor en Apóstol ferviente de Cristo, fruto no de una propia reflexión, sino de un evento fuerte, un encuentro con el Resucitado".El Papa dijo luego que en algunos de sus escritos, el Apóstol relata "que la aparición del Resucitado –de la que también él es un verdadero testigo– es el fundamento de su apostolado" y de "su nueva vida". Dirigiéndose a los miles de peregrinos presentes en el Aula Pablo VI, Benedicto XVI señaló además que aunque Cristo "no se muestre a nosotros de ese modo irresistible y luminoso como a Pablo para hacerlo apóstol de todas las gentes", también podemos encontrarlo "en la lectura de la Sagrada Escritura, en la oración, en la vida litúrgica de la Iglesia, tocar el corazón de Cristo y sentir que Cristo toca nuestro corazón. Y solo en esta relación personal con Cristo, solo en este encuentro con el Resucitado, somos realmente cristianos".