martes, 30 de diciembre de 2008

Jornada Mundial de la Juventud



2009 Jornada XXIV
Tema: «Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo» (1Tm 4, 10)

2010 Jornada XXV
Tema: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» (Mc 10, 17)

2011 Jornada XXVI
Tema: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cfr. Col 2, 7)
Celebración internacional - Madrid (España), 16-21 de agosto de 2011

L'Osservatore Romano tesse le lodi del Papa: “Un uomo di Pace in tempi di guerra”

CITTA’ DEL VATICANO - Benedetto XVI ''e' un Papa di pace in tempi di guerra, ossia nelle stagioni, come la nostra, in cui prevalgono le polemiche, le incomprensioni sino al ricorso alle armi invece che alla verita' e ai diritti umani''. Lo scrive l'Osservatore Romano, in un commento a firma del vicedirettore, Carlo Di Cicco, per il quale accanto a ''una crisi economica dai contorni devastanti per gran parte dell'umanita', si registrano conflitti acuti e persistenti in diverse aree del mondo. Ultimo, denso di incognite ma non improvviso, la rappresaglia di Israele nella Striscia di Gaza''. ''L'anno nuovo che giunge - sottolinea Di Cicco - si trascinera' i tanti problemi rimasti insoluti nell'anno che se ne va. E' in questo navigare a vista, nell'involuzione della speranza che blinda il cuore di tanti, che Benedetto XVI ha qualcosa di significativo da dire: in tempi difficili emerge meglio l'intensita' della sua riflessione sulla fede, mai banale, mai impositiva''. Per Di Cicco, ''la fede in Papa Ratzinger e', infatti, discorso sulla speranza che apre a quello sul senso di ogni esistenza''. ''Chi ci aiuta a vivere?'', la domanda che e' titolo di una fortunata raccolta delle piu' illuminanti pagine di spiritualita' disseminate nell'opera teologica di Joseph Ratzinger (edita dalla Queriniana) rappresenta, continua l'articolo, ''la questione che percorre l'intera riflessione cristiana di Benedetto XVI: si tratta di una domanda che egli ha posto sempre anzitutto a se stesso, ma che rivolge alla Chiesa e a ogni uomo e donna, una prospettiva esistenziale - conclude Di Cicco - incarnata nella vita di ogni giorno che per tanti, troppi, e' impastata di fatica''.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Benedicto XVI ante la Navidad: "La fiesta se puede organizar, la alegría no"

CIUDAD DEL VATICANO (ZENIT.org).- En estos días de Navidad, llenos de adornos y regalos, Benedicto XVI ha dejado un consejo para descubrir su sentido: "La fiesta se puede organizar, la alegría no".
Fue una de las constataciones a las que llegó en el discurso que dirigió el 22 de diciembre a los miembros de la Curia Romana en la tradicional audiencia de intercambio de felicitaciones con motivo del nacimiento del Niño Jesús.
"La fiesta es parte integrante de la alegría --afirmó el Santo Padre--. La fiesta se puede organizar, la alegría no".
"Sólo puede ofrecerse como don; y, de hecho, se nos ha dado en abundancia: por eso nos sentimos agradecidos".
Citando a Friedrich Nietzsche, el sucesor de Pedro afirmó: "la habilidad no está en organizar una fiesta, sino en traer a personas capaces de poner alegría".
"Así como Pablo califica la alegría fruto del Espíritu Santo del mismo modo también Juan, en su Evangelio, ha unido íntimamente el Espíritu y la alegría. El Espíritu nos da la alegría. Y es la alegría".
"La alegría es el don en el que todos los demás dones están resumidos -afirmó el obispo de Roma--. Es la expresión de la felicidad, del estar en armonía consigo mismos, algo que sólo puede derivarse de estar en armonía con Dios y con su creación".
"Forma parte de la naturaleza de la alegría el irradiarse, tener que comunicarse", añadió.
La misión de la Iglesia, explicó, "no es más que el impulso por comunicar la alegría que se nos ha dado".
"Que siempre esté viva en nosotros y, después, que se irradie en el mundo en sus tribulaciones: este es mi auspicio para finales de este año", confesó.

martes, 23 de diciembre de 2008

"Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe", tema de JMJ Madrid 2011

VATICANO, 16 Dic. 08 / 09:23 am (ACI).- El Papa Benedicto XVI fijó los temas de las tres próximas Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), incluyendo la que se celebrará del 16 al 21 de agosto en Madrid, España.
El tema para la 24 JMJ que se celebrará en 2009 es: "Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo" (1 Tm, 4,10); el que corresponde a la JMJ 25 para 2010 es: "Maestro bueno, qué haré para heredar la vida eterna?" (Mc, 10, 17).
Asimismo, el tema de la 26 JMJ que se celebrará en Madrid, España del 16 al 21 de agosto de 2011 es: "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" (cfr. Col, 2,7).

Las Jornadas de la Juventud, “mucho más que un festival rock”, asegura el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- "La alegría de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) y el particular carácter de su alegría no tienen explicación", sino es porque "el mismo Cristo está presente". Así lo manifestó el Papa este lunes en su tradicional discurso de Navidad a la Curia Romana en el que hizo un balance del año 2008.
Benedicto XVI afirmó que de estas Jornadas "brota una alegría que no es comparable con un festival rock".
El Papa dedicó hoy una buena parte de su intervención a hacer balance de la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney del pasado mes de julio, que ha supuesto uno de los tres acontecimientos, junto con el Sínodo de la Palabra y la apertura del Año Paulino, más significativos del año 2008.
De hecho, "Australia nunca había visto tanta gente de todos los continentes como en la Jornada Mundial de la Juventud, ni siquiera durante las Olimpiadas. Y si precedentemente se había dado el temor de que la llegada en masa de los jóvenes pudiera provocar algún problema de orden público, paralizar el tráfico, obstaculizar la vida cotidiana, provocar violencia y dar espacio a la droga, todo ello se ha demostrado infundado".
Al contrario, "ha sido una fiesta de la alegría -una alegría que al final ha contagiado incluso a los reacios: al final nadie se ha sentido molestado. Las jornadas se han convertido en una fiesta para todos", explicó el Papa.
Aunque muchos han intentado cada vez más explicar este fenómeno, afirmó, "la peculiaridad de esas jornadas y el particular carácter de su alegría, de su fuerza creadoras de comunión, no encuentran explicación".
"Análisis en boga tienden a considerar estas jornadas como una variante de la cultura juvenil moderna, como una especie de festival rock modificado en sentido eclesial con el Papa como estrella", advirtió el obispo de Roma. "Incluso algunas voces católicas van en esta dirección".
Para los primeros, "estos festivales serían en el fondo siempre lo mismo, y así se piensa poder obviar la pregunta sobre Dios"; para los segundos, se trata de "un gran espectáculo, incluso bonito, pero de poco significado para la pregunta sobre la fe y sobre la presencia del Evangelio en nuestro tiempo".
"Serían momentos de un éxtasis festivo, pero que a fin de cuentas dejaría todo como antes, sin influir de forma más profunda en la vida".
Benedicto XVI sin embargo rechazó esta interpretación: "el Papa no es la estrella en torno a la cual gira todo. El es totalmente y solamente vicario. Remite al Otro que está en medio de nosotros".
Las JMJ, afirmó, no son "fruto de un éxtasis" sino que constituyen "la culminación de un largo camino" de los jóvenes, un "largo camino exterior e interior que conduce a ella".
"Las Jornadas Mundiales de la Juventud no consisten sólo en esa única semana en la que se hacen visibles al mundo", añadió, sino que hay toda una "peregrinación de los jóvenes" al encuentro con la Cruz.
"El encuentro con la cruz, que es tocada y llevada, se convierte en un encuentro interior con Aquel que en la Cruz ha muerto por nosotros. El encuentro con la Cruz suscita en lo íntimo de los jóvenes la presencia de ese Dios que ha querido hacerse hombre y sufrir con nosotros", explicó el Pontífice.
En este sentido, afirmó, no es casualidad que uno de los actos más importantes en Sydney fuese "el largo Via Crucis a través de la ciudad", así como "la liturgia solemne como centro del conjunto, porque en ella sucede lo que nosotros no podemos realizar y de lo que, con todo, estamos siempre a la espera".
"Él está presente, Él entra en medio de nosotros. Se ha abierto el cielo y esto hace luminosa la tierra. Esto es lo que hace alegre y abierta la vida y lo que nos une con una alegría que no es comparable con un festival rock", admitió el Papa.
Otro de los frutos duraderos de estas Jornadas, explicó el Papa, es el "camino sucesivo": " Se forman amistades que animan a un estilo de vida distinto y lo sostienen desde dentro. Las grandes Jornadas tienen el objetivo de suscitar estas amistades y de hacer surgir así en el mundo lugares de vida en la fe, que son al mismo tiempo lugares de esperanza y de caridad vivida".
"Según la Escritura, la alegría es fruto del Espíritu Santo: este fruto era perceptible abundantemente en los días de Sydney", concluyó.

Benedicto XVI aboga por "una ecología del hombre"

La ideología de género altera la constitución de la naturaleza humana, advierte
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- La defensa de la naturaleza no es algo accesorio para la Iglesia, sino que forma parte de su naturaleza, afirmó este lunes Benedicto XVI, aclarando, sin embargo, que se trata de una "ecología del hombre".
Así lo explicó este lunes en el largo y extenso discurso que dirigió a los miembros de la Curia Romana con quienes mantuvo el tradicional encuentro de intercambio de felicitaciones con motivo de la Navidad.
Recordando el papel decisivo que tuvo la reflexión sobre la ecología durante las Jornadas Mundiales de la Juventud, celebradas en julio en Sydney, acontecimiento central para la Iglesia en el año 2008, el pontífice ofreció una sugerente lectura sobre el respeto de la creación.
"Dado que la fe en el Creador es una parte esencial del Credo cristiano, la Iglesia no puede y no debe limitarse a transmitir a sus fieles sólo el mensaje de la salvación", afirmó el Papa, que a inicios de 2009 publicará una encíclica de carácter social.
"También tiene una responsabilidad con la creación --advirtió-- y tiene que cumplir esta responsabilidad en público".
En el cumplimiento de esta misión, añadió, la Iglesia "no sólo tiene que defender la tierra, el agua, el aire, como dones de la creación que pertenecen a todos. Tiene que proteger también al hombre contra su propia destrucción".
"Es necesario que haya algo como una ecología del hombre, entendida en el sentido justo", aseguró.
Esta ecología humana, afirmó, se basa en el respeto de los géneros, masculino y femenino, que forman parte de la naturaleza humana.
El obispo de Roma lo dijo con estas palabras: "Cuando la Iglesia habla de la naturaleza del ser humano como hombre y mujer y pide que se respete este orden de la creación no está exponiendo una metafísica superada".
Se trata, aseguró, "de la fe en el Creador y de la escucha del lenguaje de la creación, cuyo desprecio significaría una autodestrucción del hombre y, por tanto, una destrucción de la obra misma de Dios".
El pontífice advirtió ante la manipulación que tiene lugar en foros nacionales e internacionales cuando se altera el término "gender" (género). Con frecuencia, como sucedió el pasado jueves en la asamblea general de las Naciones Unidas, se utilizan términos como "orientación sexual" o "identidad de género" para tratar de reconoce el pretendido "matrimonio" homosexual.
"Lo que con frecuencia se expresa y entiende con el término "gender", se sintetiza en definitiva en la autoemancipación del hombre de la creación y del Creador. El hombre quiere hacerse por su cuenta, y decidir siempre y exclusivamente sólo sobre lo que le afecta", constató el pontífice.
Pero de este modo, advirtió, "vive contra la verdad, vive contra el Espíritu creador".
"Los bosques tropicales merecen, ciertamente, nuestra protección, pero no menos la merece el hombre como criatura, en la que está inscrito un mensaje que no contradice a nuestra libertad, sino que es su condición", indicó.
Por eso, aclaró, "grandes teólogos de la Escolástica han calificado el matrimonio, es decir, el lazo para toda la vida entre el hombre y la mujer, como sacramento de la creación, instituido por el Creador y que Cristo --sin modificar el mensaje de la creación-- acogió después en la historia de su alianza con los hombres".
"Forma parte del anuncio que debe ofrecer la Iglesia el testimonio a favor del Espíritu creador presente en la naturaleza en su conjunto y de manera especial en la naturaleza del hombre creado a imagen de Dios", concluyó.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Benedicto XVI: el Adviento, tiempo de santidad

ROMA, lunes 1 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- Con una invitación a todos los cristianos a vivir el Adviento como un "tiempo de santidad", Benedicto XVI clausuró este domingo en la Basílica romana de San Lorenzo Extramuros el Año jubilar convocado para conmemorar el 1750 aniversario del martirio de este diácono de origen español, muy venerado en Roma desde la Antigüedad.
El Papa presentó al santo como modelo para este tiempo de Adviento: "nos repite que la santidad, es decir, el salir al encuentro de Cristo que viene continuamente a visitarnos, no pasa de moda, al contrario, con el paso del tiempo resplandece de modo luminoso y manifiesta la perenne tensión del hombre hacia Dios".
El pontífice aprovechó la homilía para explicar que el Adviento no sólo es "preparación para la Navidad" sino que su "significado es más profundo" y "nos proyecta ya hacia la venida gloriosa del Señor, al final de la historia".
"Adviento significa por tanto hacer memoria de la primera venida del Señor en la carne, pensando ya en su vuelta definitiva y, al mismo tiempo, significa reconocer que Cristo presente entre nosotros se hace nuestro compañero de viaje en la vida de la Iglesia que celebra este misterio", explicó.
La conciencia de la próxima venida del Señor, según el Papa, "debería ayudarnos a ver el mundo con ojos distintos, a interpretar los distintos acontecimientos de la vida y de la historia como palabras que Dios nos dirige, como signos de su amor que nos aseguran su cercanía en cada situación".
Velar "significa seguir al Señor, elegir lo que Él ha elegido, amar lo que Él ha amado, conformar la propia vida a la suya; velar comporta transcurrir carda momento de nuestro tempo en el horizonte de su amor sin dejarnos abatir por las inevitables dificultades y problemas cotidianos".
"Así lo hizo san Lorenzo, así debemos hacer nosotros", añadió el Papa.
San Lorenzo Extramuros, una basílica singular
El Santo Padre repasó la historia antigua e inmediata de esta basílica romana, erigida por el emperador Constantino en honor de san Lorenzo, y en cuyo interior están sepultados el Papa Pío IX y el conocido político cristiano Alcide De Gasperi, uno de los constructores de la Unión Europea tras la segunda Guerra Mundial.
De hecho, antes de la celebración, el Papa entró un momento en el hipogeo para orar ante la tumba de su predecesor, y se detuvo unos minutos ante los restos de De Gasperi.
Tuvo un recuerdo especial para el Papa Pío XII, quien durante los bombardeos sufridos por la basílica durante ese conflicto protagonizó una de las imágenes más conocidas de la guerra al salir personalmente a visitar a los afectados entre las ruinas.
"Nunca podrá borrase de la memoria de la historia el gesto generoso llevado a cabo en aquella ocasión por mi venerado predecesor, que corrió a socorrer y consolar a la población duramente afectada, entre las ruinas aún humeantes", afirmó el Papa Benedicto XVI.
También se refirió a la peculiaridad de esta basílica, que custodia desde 1885 uno de los cementerios más antiguos de Roma, en el "Agro Verano", y donde están sepultados entre otros los papas Zósimo, Sixto III e Hilario.
De hecho, aludiendo a los muchos funerales que en ella se celebran, el Papa explicó que "el pensamiento de la presencia de Cristo y de su vuelta cierta al final de los tiempos, es muy significativo en esta Basílica".