martes, 20 de enero de 2009

El Papa reivindica los derechos de la familia al clausurar el Encuentro de México

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 18 enero 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI reivindicó los "derechos inalienables" de la familia al clausurar este domingo, con un mensaje televisivo en directo, el VI Encuentro Mundial de las Familias.
Escucharon las palabras del Papa los miles de peregrinos que participaron en la misa presidida por su legado, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, en la explanada del Santuario de la Virgen de Guadalupe.
El Papa, que había seguido el evento en televisión desde el palacio apostólico vaticano, reconoció en su mensaje dirigido en español que "hoy más que nunca se necesita el testimonio y el compromiso público de todos los bautizados para reafirmar la dignidad y el valor único e insustituible de la familia fundada en el matrimonio de un hombre con una mujer y abierto a la vida, así como el de la vida humana en todas sus etapas".
"Se han de promover también medidas legislativas y administrativas que sostengan a las familias en sus derechos inalienables, necesarios para llevar adelante su extraordinaria misión", consideró el Santo Padre.
En su mensaje, el Papa abrió el corazón para asegurar que "los mexicanos saben bien que están muy cerca del corazón del Papa", provocando espontáneos aplausos entre quienes le escuchaban desde la capital federal.
De hecho, el Papa aseguró que, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, "he peregrinado espiritualmente hasta ese Santuario Mariano, corazón de México y de toda América, para confiar a Nuestra Señora de Guadalupe a todas las familias del mundo".
El Santo Padre expresó su cercanía y aseguró su oración por todas las familias en dificultad, en particular a "las que sufren por la pobreza, la enfermedad, la marginación o la emigración. Y muy especialmente en las familias cristianas que son perseguidas a causa de su fe".
Tras anunciar que la sede del VII Encuentro Mundial de las Familias será Milán en 2012, el pontífice concluyó su mensaje con una oración dirigida a la Virgen de Guadalupe para confiarle "a todas las familias del mundo".
"¡Se ve, se siente, el Papa está presente!", fue el coro con el que respondieron los peregrinos a las palabras del Papa al terminar el acto.
Renovación de las promesas matrimoniales
Poco antes, antes de rezar el Credo, durante la misa, los miles de matrimonios presentes renovaron las promesas que un día pronunciaron al contraer el sacramento, prometiendo amarse fielmente, en lo favorable y en lo adverso, "en la salud y la enfermedad, todos los días de la vida".
A continuación presentaron los anillos, que fueron bendecidos por el cardenal Bertone, y después se los pusieron el uno al otro, como habían hecho el día de sus bodas.
El Encuentro de las Familias había comenzado el 14 de enero con un Congreso Teológico Pastoral, que ha batido records en la historia de estos eventos, inaugurados por Juan Pablo II en 1994, pues contó con la participación de más de diez mil congresistas.
Los actos finales multitudinarios se celebraron en la noche del sábado y en la mañana del domingo ante la Basílica de Guadalupe, con la participación de representantes de 98 países.